En España se comienza a estabilizar la vida civil aún muy intervenida por el Nuevo Régimen instaurado en 1939. En Europa suenan los cañones y el poderío de Alemania se extiende por el continente.
En el corazón de muchos españoles se viven con intensidad los avances del ejercito alemán y se celebran los éxitos de Hitler, no en vano el apoyo durante la guerra que prestó el III Reich está presente, muy presente en el recuerdo.
Otros españoles, estos en silencio, sufren el miedo y sienten la capitulación francesa como una nueva derrota.
EN TORRELODONES
En junio de 1940 se presenta, con 6.000 colegas, al gran concurso que va a redistribuir las vacantes de médicos de toda España. Con el número uno, José Luis gana la plaza de médico titular de la villa de Torrelodones, iniciando con ello la etapa más larga y fructífera de su gran carrera personal y profesional.
Se instala José Luis en “Lola”, una magnífica casa de huéspedes en que la entrañable dueña, pone a su disposición tres habitaciones en las que instala su consulta, la sala de espera y su dormitorio.
Esta residencia, cerca de la Estación de Ferrocarril, a la que se accede por la calle que hoy lleva su nombre, Dr. Mingo Alsina, es su centro de operaciones desde el que normalmente caminando, hace sus visitas tanto en la Colonia como en el Pueblo a más de tres kilómetros de distancia, al otro lado de la Carretera de la Coruña.
La llegada del verano de 1941 fue para José Luis una maravillosa e inesperada sorpresa. Con calor que estalla a partir del 20 de junio, empiezan a llegar los veraneantes, muchos chalets bonitos por fuera y destartalados por dentro, abren sus puertas y la calma da paso a la vida de verano.
EL ENTORNO
Todo es normal en los comienzos de 1942. José Luis escucha diariamente el parte en Radio Nacional de España y lee cada día el ABC, viviendo las noticias de la guerra con especial intensidad.
Se siente feliz y orgulloso de los éxitos de la Wehrmacht en Yugoslavia, de las victorias de Rommel en el norte de África y del podrío de las mparables fuerzas alemanas.
El comunismo que tanto daño ha hecho a España recibe ahora su justo castigo.
Además, la Francia de Patain, su querida Francia, está próxima a España. En todo caso, y a pesar de su orgullo nacional piensa constantemente en la locura de la guerra y se resiste a admitir la realidad que vive Europa. Piensa que es preciso abrir un nuevo camino a la paz que dure siempre, no basada en la humillación, y abierta al progreso.
El esfuerzo de muchos españoles, tantos queridos amigos, jóvenes idealistas, que partieron a la División Azul están en su recuerdo constantemente.
La realidad del día a día, el paro, el estraperlo y la pobreza, tantas veces el hambre, es aliciente aún mayor para la dedicación constante de José Luis a sus enfermos a los que cura y deja en tantas ocasiones el dinero preciso para comprar remedios.
Su trabajo todavía no es intenso, comparte el ejercicio de la profesión en Torrelodones con el Dr. D. Emilio Costa, Forense de El Escorial y médico capaz. En aquella época en que no existe Seguridad Social alguna es preciso ir día a día, ganando clientes, primero entre aquellos que ni siquiera pueden acudir al médico y más tarde entre ni siquiera pueden acudir al médico y más tarde entre quienes se sienten atraídos por la modernidad eficiente del nuevo doctor.
Pasa consulta todos los días y visita a diario a los pacientes que le reclaman. Solamente los lunes toma el tren de cercanías que le lleva a la Estación del Norte, desde donde acude a visitar a su madre, resolver asuntos y sacar de la biblioteca los seis u ocho libros, para leer en la semana.
Sin embargo, el ataque de Japón a Pearl Harbour, la entrada de Estados Unidos en la guerra y las esporádicas visitas al teatro y a las compañías de revista, incluso los vieneses que actúan en Madrid, pierden todo el sentido, de repente para el joven doctor.
Una jovencita, aún no ha cumplido los 18 años, María Zapatero Cristóbal, ha llegado a Torrelodones con su madre joven y bella, Dª Soledad, viuda del ilustre ingeniero Mario Zapatero, y sus cinco hermanos.
José Luis, desde su altura de adulto, con sus treinta y cuatro años ya cumplidos, pierde el sentido y enloquece de amor.
Pasa y repasa ante la casa de María, aprovecha toda oportunidad para verla y hablar con ella...
Para todo el pueblo es secreto a voces que el nuevo médico se ha enamorado de la hermosa viuda, Dª Soledad, cuyas grandes virtudes merecen cualquier pasión...
¡Dios mío, que no!, que él no quiere a la madre, él está perdidamente enamorado de María. La sigue, la persigue... ella huye, no le quiere. Es muy viejo para ella... Sus amigos de siempre tratan de hacerle desistir... y él ni come ni bebe, ya solamente y para toda la vida, únicamente piensa en su María.
Y tras unos meses de noviazgo formal, el día 28 de abril de 1943 contraen matrimonio en Madrid, José Luis y María, María y José Luis.
Se ha iniciado una experiencia nueva, que dura ya 54 años y que ha demostrado que el amor loco del principio, habría de ser siempre realidad.
En el corazón de muchos españoles se viven con intensidad los avances del ejercito alemán y se celebran los éxitos de Hitler, no en vano el apoyo durante la guerra que prestó el III Reich está presente, muy presente en el recuerdo.
Otros españoles, estos en silencio, sufren el miedo y sienten la capitulación francesa como una nueva derrota.
EN TORRELODONES
En junio de 1940 se presenta, con 6.000 colegas, al gran concurso que va a redistribuir las vacantes de médicos de toda España. Con el número uno, José Luis gana la plaza de médico titular de la villa de Torrelodones, iniciando con ello la etapa más larga y fructífera de su gran carrera personal y profesional.
Se instala José Luis en “Lola”, una magnífica casa de huéspedes en que la entrañable dueña, pone a su disposición tres habitaciones en las que instala su consulta, la sala de espera y su dormitorio.
Esta residencia, cerca de la Estación de Ferrocarril, a la que se accede por la calle que hoy lleva su nombre, Dr. Mingo Alsina, es su centro de operaciones desde el que normalmente caminando, hace sus visitas tanto en la Colonia como en el Pueblo a más de tres kilómetros de distancia, al otro lado de la Carretera de la Coruña.
La llegada del verano de 1941 fue para José Luis una maravillosa e inesperada sorpresa. Con calor que estalla a partir del 20 de junio, empiezan a llegar los veraneantes, muchos chalets bonitos por fuera y destartalados por dentro, abren sus puertas y la calma da paso a la vida de verano.
EL ENTORNO
Todo es normal en los comienzos de 1942. José Luis escucha diariamente el parte en Radio Nacional de España y lee cada día el ABC, viviendo las noticias de la guerra con especial intensidad.
Se siente feliz y orgulloso de los éxitos de la Wehrmacht en Yugoslavia, de las victorias de Rommel en el norte de África y del podrío de las mparables fuerzas alemanas.
El comunismo que tanto daño ha hecho a España recibe ahora su justo castigo.
Además, la Francia de Patain, su querida Francia, está próxima a España. En todo caso, y a pesar de su orgullo nacional piensa constantemente en la locura de la guerra y se resiste a admitir la realidad que vive Europa. Piensa que es preciso abrir un nuevo camino a la paz que dure siempre, no basada en la humillación, y abierta al progreso.
El esfuerzo de muchos españoles, tantos queridos amigos, jóvenes idealistas, que partieron a la División Azul están en su recuerdo constantemente.
La realidad del día a día, el paro, el estraperlo y la pobreza, tantas veces el hambre, es aliciente aún mayor para la dedicación constante de José Luis a sus enfermos a los que cura y deja en tantas ocasiones el dinero preciso para comprar remedios.
Su trabajo todavía no es intenso, comparte el ejercicio de la profesión en Torrelodones con el Dr. D. Emilio Costa, Forense de El Escorial y médico capaz. En aquella época en que no existe Seguridad Social alguna es preciso ir día a día, ganando clientes, primero entre aquellos que ni siquiera pueden acudir al médico y más tarde entre ni siquiera pueden acudir al médico y más tarde entre quienes se sienten atraídos por la modernidad eficiente del nuevo doctor.
Pasa consulta todos los días y visita a diario a los pacientes que le reclaman. Solamente los lunes toma el tren de cercanías que le lleva a la Estación del Norte, desde donde acude a visitar a su madre, resolver asuntos y sacar de la biblioteca los seis u ocho libros, para leer en la semana.
Sin embargo, el ataque de Japón a Pearl Harbour, la entrada de Estados Unidos en la guerra y las esporádicas visitas al teatro y a las compañías de revista, incluso los vieneses que actúan en Madrid, pierden todo el sentido, de repente para el joven doctor.
Una jovencita, aún no ha cumplido los 18 años, María Zapatero Cristóbal, ha llegado a Torrelodones con su madre joven y bella, Dª Soledad, viuda del ilustre ingeniero Mario Zapatero, y sus cinco hermanos.
José Luis, desde su altura de adulto, con sus treinta y cuatro años ya cumplidos, pierde el sentido y enloquece de amor.
Pasa y repasa ante la casa de María, aprovecha toda oportunidad para verla y hablar con ella...
Para todo el pueblo es secreto a voces que el nuevo médico se ha enamorado de la hermosa viuda, Dª Soledad, cuyas grandes virtudes merecen cualquier pasión...
¡Dios mío, que no!, que él no quiere a la madre, él está perdidamente enamorado de María. La sigue, la persigue... ella huye, no le quiere. Es muy viejo para ella... Sus amigos de siempre tratan de hacerle desistir... y él ni come ni bebe, ya solamente y para toda la vida, únicamente piensa en su María.
Y tras unos meses de noviazgo formal, el día 28 de abril de 1943 contraen matrimonio en Madrid, José Luis y María, María y José Luis.
Se ha iniciado una experiencia nueva, que dura ya 54 años y que ha demostrado que el amor loco del principio, habría de ser siempre realidad.
LA BODA
La boda se celebra en la casa que la familia Zapatero ha alquilado unos meses antes en la calle San Bernardo de Madrid.
Asiste la familia entera y aún hoy está en el recuerdo la presencia de la tía Felisa y su esposo, Enrique de Angulo, gran periodista y destacado monárquico que sufrió mucho en su causa de irreprimible necesidad de hablar. La tía Vale, con su esposo el ilustre jurista, D. José Díaz-Sama, encarcelado todavía por sus ideas políticas. El tío Antonio, de sus hermanos Rafael, Teresa, Paz, Mª Luisa y Pedro por una parte y Sol, Angelines, Mario y los pequeños, Manuel y Joaquín, todavía niños, por la otra.
Y sobre todo, llenando la celebración, las dos madres, Dª Concha alegre y siempre optimista y Dª Soledad, hermosa, distinguida y siempre gran señora.
El viaje de novios, en tren, pasa muy deprisa. Al regreso, los dos juntos, se instalan ya en una casa situada en Miralmonte, frente a la Estación. La joven señora, a sus 19 años dirige ya su hogar con efectividad, inocencia y mucho amor.
EL PRIMER HIJO
El tiempo ese año, de cara al verano en Torrelodones, es maravilloso, la primavera del 43 parece enviada por Dios para premiar el amor de la ya adulta María y del desde entonces siempre joven José Luis.
Verano, otoño, invierno, María cumple 20 años el día 15 de enero de 1944 y el día 4 de febrero a las 7 de la mañana, en casa de su madre, como entonces era costumbre, y acompañada por toda la familia, con la atención de su marido, tiene María a su primer hijo, José Luis.
El niño, larguirucho y muy delgado es bautizado por el tío Pedro, que viene expresamente de Burgos para la ocasión y apadrinado por Dª Soledad Cristóbal y D. Rafael Mingo; tiene una especial luz en los ojos, seguro que es inteligente afirma a todas horas el padre, será muy bueno, responde la joven madre. Y contentos los dos, el tiempo diría que ambos tenían razón.
EL HORROR DE LA GUERRA
Corre 1944, la guerra en Europa va de desastre en desastre. Los aliados desembarcan en Sicilia, el ejercito ruso hace retroceder a los antes invencibles soldados alemanes. Mussolini ha caído en Roma y Bodaglio firma el armisticio, España abandona la “no beligerancia” y vuelve a la vieja y tradicional política de neutralidad y la División Azul retorna a España.
Ricardo León, el ilustre literato, que reside en la villa de “Santa Teresa” , preciosa construcción de piedra labrada única en su género, elevada en honor de la Santa, a escasos cien metros de la nueva residencia “Villa Anma” donde el matrimonio se ha instalado al nacer el primogénito.
El descubrimiento de los campos de exterminio en Polonia, parcialmente ocultado a los españoles por la censurada prensa española, es recibido con incredulidad por muchos españoles.
Se produce el desembarco de Normandía, un atentado fallido contra Hitler. Alemania sufre. De Gaulle, tan admirado siempre por José Luis, es el nuevo líder de la Francia libre. Acontecimientos terribles que José Luis, junto a María, leen en ABC y escuchan en una radio que se apaga mil veces por las restricciones de electricidad.
Es época difícil también en España. La reconstrucción de la guerra difícil y lenta. Hay miseria. La guerra en Europa, la presencia del maquis y la incertidumbre de lo que puede pasar con la victoria de los aliados, se vive con preocupación en la España conservadora y con secreta esperanza por los vencidos, que empiezan a salir de las cárceles del régimen.
LA SEGUNDA HIJA Y EL COMIENZO DE LA NORMALIDAD
En mayo Alemania se rinde incondicionalmente, y el 20 de junio de 1945, días antes de la aprobación por las Cortes del Fuero de los Españoles, nace Mª Esperanza, segunda hija de María y José Luis.
José Luis el 4 de febrero de 1945, con su mayor orgullo hace, en el jardín de su casa, con un día espléndido, la celebración del primer año de su hijo mayor. Toda la familia y los amigos están presentes. Resultado de este acontecimiento es la compra de la cristalería que durante toda la vida, asombrosamente, se ha seguido utilizado en las celebraciones familiares (en 1997 todavía quedan algunas copas).
El niño corre en el tacataca, la niña está en la cuna y María vive con su esposo los primeros años de matrimonio. Escuchan la radio, pasean por el jardín, leen cada día el ABC, van los lunes a Madrid a ver a sus familias, en el tren de cercanías, al que esperan en el caliente despacho del jefe de estación D. Angel Unzeta. Siguen la antigua costumbre de acudir a la biblioteca pública y sacar de ella lectura para toda la semana.
Compran todos los libros que edita el Magisterio Español en la colección Novelas y Cuentos, que con poco precio y pobre encuadernación aportan alimento espiritual en época de escasez. Clásicos, románticos franceses, norteamericanos, españoles del siglo XIX y autores “permitidos” del siglo XX, acompañan al plato fuerte que suponen los autores sudamericanos, desde Romulo Gallegos hasta Hugo Wats. Son lecturas que comentan con el muy culto Jefe de Telégrafos, D. Joaquín, represaliado Director General de Telégrafos en el periodo anterior y su esposa Dª Lola.
José Luis pasa consulta, visita a los enfermos, y juega al tresillo con sus buenos amigos D. Benjamin Choliz y D. Javier Sánchez-Pacheco.
NACE CONCHA
María atiende a sus hijos y mientras crece su nuevo embarazo. En octubre de 1946, el día 26, habría de nacer su segunda hija María de la Concepción Soledad. A lo largo de esta gestación ella fue capaz de escribir su opera prima, una preciosa novela de amor, con un punto de picardía, que mantendría guardada en los más profundo de su armario hasta que, preocupada por la salud moral de sus hijos, la entregara al fuego allá en los años cincuenta, después de que alguno de ellos la hubiera leído con grande y gozosa satisfacción.
En el año 46, terminada la guerra, entra España en el terrible periodo de la Autarquía. La escasez, que se manifiesta completa con las cartillas de racionamiento, hace padecer en Torrelodones, al igual que en toda España los horrores de la postguerra.
Arturo Pomar, gana el campeonato de España de ajedrez. José Luis instruye ya a su hijo mayor, más tarde lo haría con los más pequeños, en el gran juego. Con apenas 3 años tienen los niños cada día clases particulares con Dª Vitalina, gran pedagoga que sustituye a cualquier colegio, hasta los 10 años, en la educación de los hijos mayores.
El Proceso y las Sentencias de Nuremberg, producen en 1946 gran dolor en la derecha española, aún inconsciente de la barbarie empleada por los nazis en la represión de “las razas inferiores”.
En 1947 el Cardenal Herrera Oria, muy admirado por José Luis, es nombrado, por el Papa, obispo de Málaga. En Linares, Islero mata a Manolete, Dª Concha gran aficionada a la fiesta y admiradora del torero explicará, con pasión a sus nietos esta gran cogida muchas veces.
Eva Perón visita España y trae con ella un soplo de viento renovado además de barcos cargados de trigo que contribuyen a paliar el hambre de España.
NACE MARIO
El día 30 de noviembre de 1947 nace Mario José, el segundo hijo varón. Debe su nombre al recuerdo de su abuelo materno, que a su vez lo recibe de la pasión que en su día sintió la bisabuela por el protagonista de “Los Novios”. La llegada de Mario desató hasta el extremo la satisfacción y el orgullo de José Luis, que muy pronto supo que este hijo sería, además de gran líder, un magnífico jugador de fútbol y, sobre todo, quien como médico seguiría su camino hacia el mañana.
En 1948 Gandhi es asesinado, Fleming visita España. Todavía el maquis permanece y ataca en las montañas. Jorge Negrete viene a Madrid y el azar hace que se inicie entre el actor y cantante y José Luis una buena amistad, que luego se extendería a la muy espléndida y temperamental María Félix.
En Torrelodones, durante los veranos, y a partir del año 40, empieza a crecer de forma importante la población. La Colonia se llena de “veraneantes”, que dan vida para todo el año a un pueblo cuya única riqueza es, además del paso del ferrocarril -que requiere mucho personal para su mantenimiento- lo que hoy llamamos servicios.
Largas familias como los López-Quesada, León, Calderín, Ruano, Velo, Blein, Maroto, De la Rocha, Rubí, Durán, Hoyos, Pacheco, Ruíz-Jarabo, Gutiérrez, Jarillo, García de Leaniz, Puig, Blas, y tantas otras que han hecho de Torrelodones lugar de residencia durante los tres meses que dura el verano, eran en esta época habitantes transeuntes que daban vida a la Colonía y han resultado ser con el paso de los años fuente de la que se ha nutrido la base cultural de la población actual de Torrelodones.
Familias que se han venido a confundir con las que aquí ya residían: Muñoz, Capelo, Sanz, Velasco, Martínez, Canales, Barreno, Castro, Martín; Calvo, Rivas, Tellez, Peña, Calvo, Gracia, Llorente, Alberquilla, Velasco.
D. José de Vicente es maestro titular y está próxima la llegada a la localidad de los dos Párrocos, D. Francisco Oyamburu y D. José Ramón Fernández-Baldor que se convertirán, con el tiempo, en auténticas instituciones. Gobierna el Ayuntamiento D. Cayetano, al que acompaña como Concejal el concienzudo constructor D. Guillermo Miguel.
El aislamiento de España hace que la economía siga en una situación mucho peor que la existente en los años anteriores a la guerra civil. La presión internacional se siente, además de en el día a día material, en un orgulloso empobrecimiento del espíritu de las personas, cerradas cada vez más a lo que no es la defensa de la Patria, la religión y poco más, por un lado y el dolor escondido y esperanzado de quienes aún piensan que la presión exterior puede volver victoria lo que para tantos en 1939 fue derrota inmerecida.
NACE CAROLO
En 1949, el 17 de abril, nace el quinto hijo Carlos Luis, del matrimonio. Ya es una familia numerosa. María para atender su casa cuenta con la ayuda de una doncella y una cocinera, apoyadas por una asistenta y tiene que venir varios días a la semana la lavandera, y la costurera que cose con María la ropa nueva y arregla los destrozos que hacen unos niños que se pasan el día entero jugando en el agreste jardín de “Villa Anma”.
El triunfo de Mao en China. El nacimiento de la República Democrática Alemana, y la potencia creciente de la comunista Unión Soviética, sólo son compensados por los ligeros atisbos de comprensión que algunas personalidades extranjeras comienzan a expresar con el régimen de Franco, “vencedor del comunismo” en el “baluarte de la Cristiandad”.
En 1950 se escuchan los ecos de la guerra de Corea, el anticomunismo se extiende por Occidente, ya que la amenaza comunista es percibida como algo muy próximo y real. La ONU revoca la condena a España. Muere en prisión el admirado general Pétain.
También en 1950 se inicia la ampliación de la iglesia del Rosario, hoy parroquia de San Ignacio de Loyola, gracias a la aportación de todo el vecindario que, mediante tómbolas y aportaciones directas, financia el esfuerzo del párroco, D. José Ramón.
MARIO SE QUEMA
Este año, de extremado calor y terrible sequía, ante la escasez de agua, toda la familia salvo José Luis, marcha a pasar el verano en Al Canar, (Tarragona).
Mientras la familia disfruta del mar, José Luis tiene ya en mente la causa de las altas fiebres que durante todos los veranos afectan a sus pacientes. Años de reflexión le han permitido intuir la verdadera razón.
El verano concluye con un muy rápido y obligado viaje de José Luis a Lérida. Estando allí, refugiados de la sequía, luego de una estancia en la playa, en casa de Angelines, hermana menor de María, el pequeño Mario se quema el tórax, parte del cuello y los brazos con un gran plato de sopa. Cicatrices de las quemaduras quedaron para siempre en el niño, y las marcas del susto en la totalidad de la familia.
José Luis dedica todo el año a profundizar en los datos que ha acumulado durante los cuatro anteriores veranos sobre las fiebres veraniegas. Llega a la conclusión de que la causa de estas fiebres, conocidas como “fiebre exantemática mediterránea”, es la picadura de la garrapata del conejo y concluye además que el tratamiento de las mismas debe ser realizado mediante una dosificada aplicación de clorofenicol.
NACE JOAQUÍN
El 9 de junio de 1951 nace Joaquín, es el sexto hijo del matrimonio. Es apadrinado por el hermano pequeño, de igual nombre de María. Coincidencia entre los dos es además del nombre y el profundo afecto que siempre ha unido a ahijado y padrino, lo morenos, buenos y apasionados que son ambos.
La familia vive tiempos de alegría. Los chicos apenas conocen otro lugar que Torrelodones, es para ellos una gran aventura los días que sus padres les llevan, por partes, a comprar zapatos a Madrid.
Torrelodones es todavía por estos años una pequeña población rural, en la que las calles salvo la carretera, carecen de asfalto. Los carros de bueyes son el medio que se utiliza para el transporte de cargas pesadas y los habitantes tienen sobre sí el peso próximo de la guerra pasada.
EL PREMIO RAMÓN Y CAJAL
En el verano de 1951, el Doctor Mingo, con datos suficientes sobre la que luego habría de llamarse comúnmente “garrapatosis”, y en los países de lengua inglesa “Mingus Fever”, la exantemática mediterránea, decide realizar la prueba final: con todas las precauciones posibles, y el evidente riesgo, como tantos investigadores sin medios, se inocula a sí mismo y se trata la enfermedad.
Es 1952 el año en que los resultados de su investigación reciben inmediato reconocimiento.
La “Enfermedad de Mingo”, que causaba estragos en todas las zonas de monte bajo, habitadas por conejos, ya tenía un claro y efectivo tratamiento.
Recibe José Luis el “Premio Ramón y Cajal”, premio este de una gran importancia tanto por su significado real como por el impulso al reconocimiento público de su gran labor.
Recibe gran cantidad de felicitaciones y ofertas de todo tipo, incluso la propuesta, un año más tarde, de trasladarse a los Estados Unidos, y participará en diversos Congresos Médicos en los que dará cuenta de su descubrimiento, tan importante para tantos pacientes en el mundo entero.
NACE BLANCA
Fue sin embargo también 1952 año de tremenda angustia ya que el día 5 de agosto nació María Blanca Natividad. El parto de la séptima de la familia estuvo a punto de costar la vida a María. Blanca fue la última hija nacida en casa y atendida, al igual que la mayor parte de los hijos de Torrelodones durante los años cuarenta, por José Luis.
El bautizo de Blanca, celebrado en agosto, amadrinada por la tía Nati, hermana de la abuela Soledad y la más querida de las tías de la todavía joven madre, fue una gran fiesta a la que acudieron un sin número de personas. Había tanto que celebrar con este bautizo que la gran fiesta estuvo plenamente justificada.
Fue además 1952 año importante, ya que se termina la etapa de las “cartillas de racionamiento”, se celebran las Olimpiadas de Helsinki, y la causa española empieza abrirse camino en el Concierto Internacional.
1953 es año que siempre permanecerá en el recuerdo. Se firma el Concordato con la Santa Sede. Comienza a existir en España cierta tranquilidad social.
AL COLEGIO EN MADRID Y EN POZUELO
María y José Luis han de tomar una importante decisión. Su hijo mayor tiene ya que acudir a un colegio en el que estudiar el bachillerato, y en poco tiempo más tendrán que hacerlo las niñas. En Torrelodones solamente existe la Escuela Pública, en la que no es posible pasar pese a la calidad de los maestros, de los estudios primarios. Se plantea la alternativa de abrir una casa en Madrid en la que se instalase María con los niños, e incluso solicitar el traslado a Madrid de José Luis, a pesar de estar profesionalmente en óptima situación en Torrelodones.
La decisión final es que durante un curso, el 52-53, José Luis viviera con su abuela Soledad y acudiera al colegio de Areneros.
La elección del colegio fue también objeto de discusión en el matrimonio. Él quería que su hijo se educase en San Antón, ella tenía muy clara su elección por el colegio de los jesuitas. El argumento final empleado por la madre fue la amistad, el respeto y la admiración que unía a su marido con su antiguo condiscípulo, por entonces superior de la Compañía en Japón, el Padre Arrupe.
Enviar al niño al colegio supone un cambio en la vida familiar, los jueves por la tarde no hay clase, y van sus padres a Madrid a pasar con él unas horas. Los sábados por la tarde el niño vuelve, en el tren a casa.
Acontecimiento muy especial en este año es la incorporación de Alfredo Di Stéfano al Real Madrid. La ocasión es tan importante para José Luis, partidario de este equipo, que en compañía de José Luis Peciña, su esposa Lola (los padrinos de Mario), su mujer y su hijo mayor, acuden al primer partido de Liga en que interviene este jugador.
El 21 de diciembre de 1953 a José Luis hijo hay que operarle de amígdalas, el niño había pasado los tres primeros meses del curso con décimas.
NACE MARÍA JOSÉ
Y el día 23 nace María José Victoria Luisa, es la octava de la ya numerosa familia. La Navidad de este año se celebra en la casa de la abuela Soledad, acuden a ella todos sus hijos y nietos, y se recuerda todavía, por todos los que asistieron, las enormes cajas de marisco que como un regalo a Luis, el marido de Angelines, habían llegado, fresquísimas, desde Galicia.
Este año, al igual que el anterior realizan José Luis y María sus dos viajes, el primero en mayo, para preparar el verano y el segundo en octubre, para retomar fuerzas y vivir, los dos solos, unos días de gozo y disfrute de su amor.
Esta costumbre conservada a lo largo de muchos años, les llevaría más tarde a visitar todas las regiones de España, Francia, Italia, Europa Central y Reino Unido en muchas ocasiones.
El año 1954 tiene en la familia una relevancia especial, Manuel Guillermo, Manolo, hermano de María, marcha a Buenos Aires. Allá comienza una nueva etapa de su vida en la que tiene ocasión de desarrollar su gran capacidad creativa y habilidad comercial. A partir de entonces, periódicamente cada dos años, su madre, Soledad, pasa un año en Argentina y viene él a España. Será normal acudir a Barcelona o Algeciras a recibir a los viajeros que, siempre en barco venían a España.
NACE SOL
1955 es el año en que España entra en las Naciones Unidas. El 25 de julio nace María Soledad. María Esperanza y Concha comienzan a asistir al colegio que tienen en Pozuelo las monjas de Cluny. José Luis va, ya en tren, todos los días al colegio en Madrid.
En España está en el Gobierno, como Ministro de Educación D. Joaquín Ruiz Jiménez, político demócrata-cristiano, al que José Luis conoce y aprecia desde la juventud, y que tiene en Torrelodones su casa familiar. Sin embargo, en los últimos meses de año y en los primeros de 1956 se produce una etapa de crispación, en la Universidad, son detenidos varios destacados catedráticos y algunos estudiantes, se sofocan algunos intentos de huelga y se declara el Estado de Excepción por primera vez desde el año 1945.
La gran alegría de este año es que el Real Madrid gana, en París la primera Copa de Europa.
Y curiosa situación es el que en la España que poco a poco se abre a la modernidad, son prohibidas las casas de tolerancia. Decisión del gobierno que José Luis considera, desde sus días de joven estudiante de medicina un grave error. La entrada en situación de ilegalidad va a producir inexorablemente, un incremento de las enfermedades venéreas.
Marruecos es a partir del mes de marzo independiente. España se va a retirar del Protectorado, y sólo conservará Ceuta y Melilla, además del Sahara, que nunca ha sido marroquí.
María y José Luis, que han comprado su primer coche, hacen, con la tía Vale un viaje al Sur de España y al Norte de Marruecos, en el que, embarazada María de su décimo hijo, tienen un accidente sin consecuencias, que retrasa su regreso a Madrid por unos días.
NACE EUSEBIO
En 1957, año de las terribles inundaciones de Valencia y del comienzo de la Guerra de Ifni, el día 12 de enero nace Eusebio Jesús Vicente Ferrer.
Y desde el 17 de octubre es José Luis miembro de la Junta Directiva del Colegio de Médicos de Madrid, en calidad de representante de los médicos de Asistencia Pública Domiciliaria, también conocidos como Médicos Titulares. Su labor en el Colegio es aún hoy reconocida por sus compañeros.
Permanece en el cargo hasta el 21 de julio de 1961, en que presenta su dimisión, ya que considera que más de cuatro años en un puesto de representación suponen demasiado tiempo para asegurar la adecuada efectividad.
Por estos años, José Luis rechaza siempre las repetidas ofertas que recibe para que se haga cargo, en calidad de alcalde, del Ayuntamiento de Torrelodones.
La razón de sus negativas es su firme convicción de que el médico no debe mezclarse en la vida política del pueblo. “La política para los políticos”
Las dimisiones piensa José Luis, cuando se presentan, deben ser irrevocables.
NACE CARMEN
En 1959, un año después del regreso De Gaulle al gobierno de Francia, y en medio de la guerra de Argelia, el 24 de julio nace María del Carmen.
Estos años son de trabajo duro; de dificultades, una familia tan grande pesa mucho en cualquier espalda.
Sin embargo, de un modo u otro los chicos, en los colegios van progresando.
NACE PALOMA
En 1960, año en el que se produce la independencia de casi todos los países de África, bajo el pontificado de Juan XXIII, con Fidel Castro en el Gobierno de Cuba y en los días de la Olimpiada de Roma, el 14 de agosto nace Paloma.
La niña, duodécima de la familia tiene un tremendo parecido a la muy dulce tía Meri, hermana del abuelo Mario a la que también se parece María. Este parecido a su madre, ya a los pocos meses y luego siempre, se ha intensificado de tal forma que las fotografías de ambas son, salvando los años, absolutamente intercambiables en el aspecto físico y en el encanto que de ellas siempre emana.
En el mundo un viento de renovación aparece con el triunfo de Kennedy en las Elecciones Americanas. España está de moda, Dª Fabiola se ha transformado en reina de Bélgica.
NACE BELÉN
En 1961, año en que Gagarin es el primer hombre que sale al espacio exterior, Manuel Santana gana el torneo de Roland Garros, muere Gary Cooper y, lamentablemente aparecen ETA y el muro de Berlín, en plenos “25 Años de Paz”. El 24 de diciembre nace Belén, la hija menor de María y José Luis.
La niña, que eligió para nacer este día, el más importante del año para la familia Mingo Zapatero, desde que nace demuestra su carácter, enérgico, claridad de ideas, criterios firmes y alegría bondadosa.
MUEREN SU MADRE, Dª CONCHA Y EL DOCTOR MARAÑON
En un triste mes de enero, fallece Dª Concha. Con la muerte de su madre revive José Luis el fallecimiento de su muy querido padre. Durante muchos meses pesa en él un profundo y duro sentimiento de orfandad.
Desaparece también en este tiempo el Doctor Marañón, su querido maestro, por el que tanto ha compartido.
Ante el féretro de D. Gregorio explica José Luis a su hijo mayor el dolor del amigo y la impotencia del médico ante la irremediable llegada de la muerte:“Recuerda hijo que todos, hasta los grandes hombres, como D. Gregorio, tenemos marcado el día de nuestra muerte”.
José Luis participa activamente, junto al buen alcalde que fue Agapito Martínez, en la creación y desarrollo de las cofradías de Semana Santa de Torrelodones, e inspirado, recordando a Lope, escribiría al “Cristo Yacente”, el siguiente soneto.
AL CRISTO YACENTE
Ni ese lirio arrancado por el viento
Ni una paloma que se abate herida
Ni una mujer en trance dolorida
Ni un niño que va a dar su último aliento
Ni un muerto, ni dos, he visto a ciento
En esta larga y azarosa vida
Nunca vibró en mi alma endurecida
ante el dolor ajeno un sentimiento.
Solo ante tí, mi Dios, al contemplarte
Yacente en ese lecho de agonía
Es cuando se exalta el alma mía
Y se rinde ante ti para abrazarte
¿Cómo, Señor, a ti no he de quererte
Si para yo vivir tu viste muerte?
Este periodo de la vida de José Luis termina para la familia con un cambio importante. Salir de Villa Anma, la casa grande, con un extraordinario jardín, grandes habitaciones inmensas, muy mal ajustada para la vida normal de una familia numerosa con hijos que crecen, para entrar a vivir en la recién construida “Casa del Médico” que, aunque más modesta, tiene mejores condiciones para la vida familiar.
En esta casa, la familia pasa años de tranquilidad, ajena a la guerra de Katanga, el nombramiento de U Thant como Secretario de las Naciones Unidas, la pérdida de Goa por Portugal o el lanzamiento al espacio del primer astronauta norteamericano - John H. Glenn, que son noticias que se leen en ABC y Ya, o se ven en la enorme televisión, en blanco y negro, del cuarto de estar.
José Luis participa en actos religiosos. Acude cada domingo a misa de doce, recoge la palma el Domingo de Ramos, hace las Visitas de Semana Santa, recibe en su casa a los sacerdotes que acuden a “predicar las misiones” cada año en Torrelodones y contribuye según sus posibilidades al bienestar y progreso de la iglesia.