sábado, 2 de junio de 2007

PRÓLOGO Y PREFACIO



Febrero de 1997 tiene, para nosotros, en sus días una fecha extraordinaria: el jueves 13 se cumplen 90 años de la vida que nuestro padre, José Luis Mingo Alsina, comenzó a vivir el Miércoles de Ceniza de 1907.

Esta fecha, importante en si misma y digna por ello de la mayor celebración, es también ocasión para la reflexión y para el agradecimiento. Reflexión para recibir aliento, en el camino de nuestras propias vidas, de la vida de nuestro padre y agradecimiento por haber sabido hacer de su vida un ejemplo hermoso para quienes de él venimos y de quienes de nosotros siguen y seguirán naciendo.

Nuestra meta pues, al escribir este libro, “Apuntes de una Vida” es doble: ofrecer un símbolo de amor filial a nuestro padre y reunir en el contenido de sus páginas, un pequeño depósito de ideas, ilusiones y pensamientos suyos para que puedan al permanecer en el tiempo, servirnos para ser mejores.

Por ello, y porque la figura de José Luis sólo puede ser comprendida desde la presencia constante, firme, sabia y llena de amor de María, su mujer y nuestra madre, a ella le dedicamos este con todo el amor de que somos capaces.


PREFACIO

José Luis Mingo Alsina es hoy, ante todo, una realidad plena que arrastra con orgullosa coherencia una vida de crecimiento, con metas, ilusiones, proyectos y éxitos siempre renovados.

A sus noventa años es ese hombre del siglo, que ha vivido y sigue viviendo el siglo XX como un joven curioso, apasionado participante en la explosión del conocimiento y del ansia de saber.

Es un adulto, siempre integrado, en una sociedad de valores cambiantes.

Es un hombre apasionado que ha sabido encontrar, conservar y hacer crecer un gran amor que completa su existencia.

Y, es también, una persona mayor que sigue siendo capaz de apoyar, con mente clara, actitud serena y proyección alegre, el continuo crecer, en sus caminos de tierra y cielo, de sus hijos y nietos.

La figura excelsa de José Luis, no es, sin embargo, flor de otoño cuyo aroma solo es percibido por quienes desde un lugar muy próximo pueden apreciarlo. Es, por el contrario, el resultado de muchos años de hacer, día a día, con gozoso esfuerzo, de la vida una pasión y un crecer.

Por ello, y porque el largo recorrido de las décadas, aunque conducido por la suave línea de unas firmes convicciones, está marcado, como el siglo, por épocas muy diferentes y para casi todos nosotros desconocidas. Como un todo, en este Apuntes de una Vida veremos a José Luis en distintas facetas y positivos aciertos.

José Luis es, en este libro, el niño que nace y crece en el turbulento Madrid de principios de siglo, sufriente de si mismo y con heridas abiertas todavía del dolor que supuso para España salir de Cuba.

Es el estudiante de medicina que recorre el muy alegre y agitado Madrid de los prósperos años 20.

Camina curando, muy deprisa, por el Marruecos colonial que restaña las heridas de la reciente guerra y que da la joven médico la conciencia de “ser médico” y le hizo vislumbrar el calor oculto de la magia de su profesión.

A paso rápido, con el ritmo de los veinticinco años, camina por los pueblos de España, cuando el médico, todavía muy joven, busca un lugar en el que hacer crecer sus raíces.

Y sufre, con apagada alegría, el salto mortal que el corazón y el deber le impuso, con los mejores de su generación, a participar en la, ya olvidada, contienda civil.

Más tarde, ya en los 40, pasa de sólidas puntillas por los tiempos silenciosos, de reflexión, entrega y trabajo duro, en que el esfuerzo generoso y el amor, consolidan la madurez profesional y humana que da sus frutos en el devenir de los 50.

Los años de plenitud, la etapa mágica de los 60 y los primeros 70, pudieron ser la etapa final que cerrase con broche de oro una trayectoria completa.

Sin embargo, la justificación de este libro se encuentra en que cuando ya el común de las personas se pierde en el silencio y la oscuridad, José Luis en estos nuevos años inicia una nueva juventud y da sentido pleno a su hacer de caminante sereno: Se pone en pie, al servicio del bien común, aportando lo mejor de si mismo, para hacer real, en la nueva sociedad, la presencia del saber, la experiencia y la profesionalidad, mediante la representación fuerte, real, efectiva, sabia y siempre apasionada de los médicos entrados en la mayor edad.

Años fructíferos de aportación social que se completan en su vida familiar con ejemplo, el consejo, el apoyo y continuada guía de amor que, con este libro, deseamos extender hasta el futuro y más allá.